Un lienzo pálido, compuesto por retazos de tejidos blancos, marfiles y crema. Este pantalón evoca las antiguas sábanas de lino rescatadas de un armario olvidado. De corte relajado y silueta amplia, su construcción en patchwork rinde homenaje al arte de remendar lo íntimo, lo doméstico, lo sagrado.
En su estructura vive la nostalgia de las camas coloniales, de las casas con patios y balcones que huelen a jazmín. Bolsillos ribeteados y detalles sutiles muestran la mano del sastre que honra cada hilo como si cosiera un recuerdo.
Un ejercicio de pureza estética y técnica, para el alma que aprecia lo sereno, lo heredado, lo eterno.